domingo, 24 de marzo de 2013


LA PRESENTE AUSENCIA

En todo momento
me distraigo con su ausencia.

No precisa de artilugios ni artificios
para hacerse un hueco entre mis días.

Aparece sin más
y yo le amparo

incluso
le doy explicaciones del estado de mi ánimo
cuando alcanza  aromas de desánimo
y también  le comento
sobre mi estado de desánimo
cuando exhala aromas propios.

El cómo horada entre mis días
es algo incierto e insondable

el porqué
sencillamente irracional e impensable

y el cuándo... 
el cuándo se convierte 
en la más poderosa de las armas de doble filo
ya que
con su ausencia me asfixio
y sin ella
ni tan siquiera existo.

©Concha González.
Imagen propia©

3 comentarios:

  1. Las ausencias paren desánimos y apadrinas poemas como éste tuyo, tan hondamente existencial. Tienen su aquel, las ausencias. Te lo dice alguien habitualmente ausente de sí mismo. Abracitos.

    ResponderEliminar
  2. Supongo que así es, querido Amando. Somos ausencias y presencias en continuo desorden. Un gran abrazo y gracias por tu atención.

    ResponderEliminar
  3. Ja, Ja ,Ja...qué acierto el tuyo Fernando, qué acierto. Un abrazo compañero.

    ResponderEliminar