jueves, 31 de octubre de 2013

TANTO DOLOR



TANTO DOLOR

...cavar en la tierra
con prólogo y final
ausente

...soterrar las dudas
en el pan de la familia

...hundir el miedo
en pozos negros
que explotan vidas.

¿Dónde están las palabras
dónde los hechos
dónde los sueños, las promesas
las luchas,
los derechos?

¿Dónde la culpa?




Hoy todo luce
oscuridad de muerte.
Hoy nada sirve como excusa.

Hoy las lamentaciones humanas
siembran palabras
que quizás mañana
mueran abandonadas.

Tanto dolor, me temo
nunca enseña nada.

Tanto dolor...


Concha González©
(Dedicado a los mineros de mi tierra
fallecidos en acto de servicio el 28 de octubre de 2013)

martes, 22 de octubre de 2013

LABIOS ALINEADOS



LABIOS ALINEADOS

Nunca tuve más tiempo

que el perdido entre tus días taciturnos.
Ningún otro me habló del silencio descarado
que mordía con ahínco nuestros labios alineados.
Ningún otro me explicó la loca calma, la urgente calma... 
                                                                                  la calma.
Ningún otro me había habitado antes
entre la espesura sorda del bullicio.
Ninguno me perdió entre su templo de risas
y me protegió con su escudo acrisolado
de "ahoras inmediatos".

Ninguno.

A veces, sucumbo a la traición impertinente
de mostrarme cuerda
y forcejeo a duras penas con la realidad.
Otras, permito a la costumbre que me arrastre
hacia su cueva protectora,
hacia su cueva bienintencionada
hacia la cueva de calores hogareños, cándidos,
vencidos o vencedores,
¿quién lo sabe?...

A su lado el tiempo parece no tenerse,
parece bruma inacabable, intocable,
                                                     imperdible,
                                                                         libre.
Pero hoy, el disfraz de cuerdo 
que un día tomé prestado 
de algún tendal del barrio, 
se me quedó pequeño
de talla y de ánimo.
Hoy voy a dejar el presente, 
aunque solo sea a ratos blancos.
Me iré pujando la mochila 
de los viajes perentorios, desarraigados.
La llevo repleta de dudas limpias, 
fragantes, expectantes.
Me voy. 
Abandono esta ruina de secuencias custodiadas
para volver a verte,
para desalinear tus labios alineados,
                                                    para volver a verte.
Quizás, hasta logre sorprender al tiempo 
con mi llegada inesperada, 
ese perdido
entre tus días taciturnos 
que un día tuve.

Ese perdido...

©Concha González
imagen propia©


domingo, 13 de octubre de 2013

Escueto adiós




ESCUETO ADIÓS

Aquella hoja en blanco
que un día arrancamos
de un cuaderno robado, amor,
ahora nos muestran letras
que nada dicen,
que nada pueden expresar
en su desorden roto.
Qué me dices, amor,
de aquellas llamadas desenumeradas
de la obligación,
de aquellas palabras emancipadas
de la veracidad,
viables en la inviabilidad de lo incierto,
enajenadas en su cordura,
siempre contradicción.
Y, qué me dices
de cuando pensar
era verbo equivocado
que a menudo conjugágamos 
a destiempo,
qué me dices...
Y de los ratos a solas 
que acompañaban los silencios
que nos devolvía vengativa
la vida
en ardua venganza.
Y de los sueños sin sueños,
a ratos locos, a ratos cuerdos,
a ratos amnésicos...
pero al fin y al cabo
sueños,
qué me dices...
Me gustaría escucharte
no solo en la costumbre
de la nostalgia.
Me gustaría escucharte
a través del sonido imperecedero,
indesgastable
¿una vez más...?
Me gustaría amor,
que aquella hoja en blanco
que un día arrancamos
de un cuaderno robado,
ahora nos mostrase
lejos de toda duda,
de toda impostura,
lejos, muy lejos...
un claro, conciso y escueto
adiós.

©Concha González.
©Imagen propia.

sábado, 5 de octubre de 2013

Sordos... ciegos...locos...



SORDOS... CIEGOS... LOCOS...

Sordos los oídos sordos
que tan solo hayan aprendido
a escuchar
la sinfonía más arcana
con el pálpito errado 
del insomne soñador.

Ciegos los ojos ciegos
que apenas si alcanzan
a ver
las sombras tibias que en la noche
sobreviven a la artificiosa luz
que entre huecos se esconde.

Locas las locas vidas
que refractan sus enigmas
hacia la muchedumbre que se mueve
ansiosa de errantes enigmas.

Hay una veleidosa plenitud
aferrándose a los sentidos más osados,
acurrucándose en sus rincones,
durmiendo a veces...
... a veces despertando.

Hay unos oídos sordos,
unos ojos ciegos,
unas locas vidas
abandonando el prostíbulo
de la aceptación,
conjugando la incertidumbre 
con el tiempo,
respirando tan solo
el aire rescatado
de la desmedida cremación.

¿Será en la inconsciencia 
de lo ignorado,
de lo no visto,
de lo no oído,
de lo enajenado...
será allí donde se perpetre
el inconfesable delito
de pensar
y ser pensado?

©Concha González.
imagen propia©