La Raíz
... a veces siento
que olvidé escribir
el verso cálido
que la vuelta de la esquina
se enderezó a propósito
que a mi alma ya no le cabe el sonido
de mis dedos locos...
Siento, a veces, el incompleto deambular
de alguna frase tímida e inconsciente
preludio del desgarro de sí misma
ante la vida.
Y siento, también,
el paso de los años tras los cuerpos que formaron
mi genética...
como si fueran mis propios años
como si fueran míos
míos
cómo los siento...
y su raíz
asiéndose y desasiéndose
(en un siniestro juego de eterno aprendizaje)
al tiempo
y mi raíz
(cada día)
un poco menos soterrada al mundo
(cada día)
jugando, callada e inexplicablemente
al mismo inexplicable
callado
callado
y
siniestro
juego
siniestro
juego
©Concha González.
Ay, Concha, cuando viajas hacia dentro, buscando la raíz, tu poesía me llega más, me deja un poso más auténtico. Francamente logrado, el poema.
ResponderEliminarAbrazos, siempre
Pues cuando yo lo leo, me siento un poco desnuda; fíjate si la raíz es honda...
EliminarUn gran abrazo estimado Amando.
No dudes por un momento que los años son, efectivamente, tuyos. Cada uno tenemos los nuestros. Las raíces nunca se pueden arrancar por completo.
ResponderEliminarEso me temo querido Fernando, eso me temo...
EliminarGracias por tu visita.
Besos.