ALGÚN MINUTO DE GLORIA
Esto que venimos a llamar
felicidad es, en realidad
un único objetivo pluralizado
una única puerta
de indolente aldaba
un desorden apilado
sobre momentos de piel y alma...
que esta cotidianidad diaria
se empeña en compartir.
Rebuscando en la memoria
de los instantes propios
alcanzo a discernir
que es así
como se rinden los pensamientos
en esta desventura
de sinónimos inagotables
que es así
como los sucedáneos desaboridos
a menudo consiguen
engañar al hambre.
No parece ser
tan solo una palabra, una connotación
o quizás, nueve letras
que envejecen unidas esperando
algún minuto de gloria
porque, esto que venimos a llamar
felicidad
semeja la manera más canalla
de yacer sin amor y en silencio
con el tiempo, y de fingir
entre besos ciegos
profilácticos caducados
y rutinarios abrazos.
©Concha González.
Imagen de la red
Me gustó mucho tu poema, el final es contundente, me sentí identificado.
ResponderEliminarCon tu permiso, me anoto como seguidor.
Un abrazo.
HD
Gracias Humberto Dib. Un placer tenerte como seguidor. Saludos.
ResponderEliminarAhhhh! efímera felicidad. Claro que se siente Fernando, se siente de vez en cuando, a veces después de sentirla se entiende, no antes. Y de que estoy mejor trabajando ni hablar! hasta ahí podíamos llegar. En cuanto a responsabilidad... que palabra más tediosa y cansina, aunque necesaria.
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