martes, 13 de agosto de 2013

AUSENCIAS




 AUSENCIAS

Quizás no sea mala idea 
aprender a establecer desemejanza 
entre ausencias.
Las hay que están como señuelos,
impertérritas, mirándote a los ojos,
dispuestas (en cualquier momento) 
a ser pasto de palabras 
en los días sin dueño y en las noches estultas.
Y las hay que están.
Sencillamente.
Aunque no te miren a los ojos, 
ni sean pasto de palabras, están.
Y pernoctan, se alimentan y comprenden
-como tú mismo lo haces-
que un buen café por las mañanas
es el mejor de los regalos
para comenzar el día.

©Concha González.
Imagen propia©

5 comentarios:

  1. Desde luego que sí Fernando. Vivimos entre ausencias y presencias. Y que sepas (aunque sea desde este blog que ahora sí esta presente ) que yo sin mi café mañanero, ni a atropar duros (como se dice por mi tierra). Abracines.

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  2. Las ausencias presentes se me presentan como presencias ausentes. Luego se ausentan de mi presente.
    Abrazos.

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    1. ¡vaya lío! entre presencias y ausencias anda el juego... Un gran abrazo Amando. Siempre agradezco tus visitas.

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