jueves, 31 de enero de 2013
EL JUEGO
I
Continúan los juegos de naipes
a pesar de aquellos tiempos de ostentosas guerras,
desahucios de inhabitados hogares
contiendas sin leyes ni reglas
cansados descansos que a nadie renuevan
paseos que a medias se empiezan
mientras nuestros cuerpos olvidados
eludían sus razones de ser
de estar
tras cortinas de rasos y sedas.
II
La llamada transformó en ecos la voz ausente
la que nunca dijo nada,
la que nunca afirmó ni afirmará,
la que nunca desmintió ni desmentirá.
III
Después
las despedidas desperdiciadas por regresos avezados
bajando la persiana de la senectud para alivio
de los ojos altruistas.
Después
el sentir del frío invierno
del cálido verano
ardid este
con su desgana indecorosa
de aquellos viejos juegos
inacabados.
IV
Viviendo cualquier tiempo
apostando
confiando
olvidando
se acortan las horas
se alivian desaciertos.
Así
quizás,
se gane el juego.
©Concha González.
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Con esas vistas de mar de espigas desde tu escritorio, no me extraña que broten metáforas como naipes.
ResponderEliminarAbrazos
No sé si es por mi mar de espigas o no, amigo Amando, pero he de reconocer que en ocasiones me gusta hablar sin claridad.
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