ODA A PALACIOS DE LA VALDUERNA
Soñé con poseer un camino
donde rubricar mi huella errante
con excelsos espacios abiertos
lugares anclados en tierras
donde extender un manto reconfortante
donde los cerúleos cielos
colmaran de dicha esas miradas nobles
y bajo cuya protección
sus gentes sonrían
aunque otras veces sollocen.
sus gentes sonrían
aunque otras veces sollocen.
Soñé con una heredad sin ley
y con la anhelada compañía de una soledad
cuyo espíritu indómito
me estrechase entre su propia palabra
al caminar.
al caminar.
Y también soñé, con el aroma sincero
de unos vientos hospedados en los cerros
aromas embriagadores de ensueños
que desprendan al paso
semilla invisible para invisibles reencuentros.
Soñé con las gotas de lluvia
que reclama la planta y la espiga
susurrantes de un autóctono idioma de vida.
Imaginé un pueblo
y a sus gentes
imagine arroyos cantarines
y a vetustos molinos de agua
que desde hiciera ya un tiempo durmiesen.
Y sobre todo soñé e imaginé
poseer un lugar donde renacer
donde extender las manos, arrojar el hálito
sanar el alma, dibujar futuros pasos
y guarecer mis inacabados días en él.
Firme de raza pura, genuina
portavoz de los silencios
y de este inconcuso sueño
que hoy mi inquieta pluma
revela sobre este lienzo.
Un pueblo con límpidos aires
y un castillo de cuento
con noches calmadas, miríficas aguas
montes de encina perenne y cuyas calles exhalen
olor a libertad...
olor a libertad...
Un pueblo que inspire estos versos
y que arrope con celo...
este sueño.
Un pueblo.
©Concha González.
Muy bonita Concha González es precioso y expresa perfectamente lo que es este pueblo.
ResponderEliminarPorque aunque la gente se este yendo de los pueblos siempre serán un lugar de encantos naturales y preciosos paisajes.
Vuélvelo a leer porque aún no lo había concluido, aunque los cambios son ínfimos. Un abrazo. Por cierto ¿Quién eres?
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