jueves, 5 de septiembre de 2013

LA MEMORIA DEL CALLADO




LA MEMORIA DEL CALLADO

No sopla viento esta tarde.
Nada parece incordiar
la memoria del callado.
El silencio, cómplice manifiesto
de doble rostro, mece la cuna
de adormilados pasados
mientras despierta, con cánticos de sirenas,
las ensoñaciones de sus letargos desamparados.

Pero eso hace feliz. Inmensamente feliz
porque
qué es la vida sino  fantasía retratada
en su anverso,
qué es  la vida sino un ir y venir,
un trasiego, un torrente de sueños,
qué es la vida sino tiempo en el tiempo, 
voz en el tiempo,
muerte en el tiempo... tiempo.
Pretender comprenderlo
es tan solo delirio absurdo.
Somos lo que tenemos aunque
sea tesoro estéril,  
aunque eso signifique que todo,
que todo eso, que todo aquello, el ayer, 
el mañana que hoy se piense,  todo...
ha de ser nada
para renacer de nuevo.

Esta tarde
no sopla viento.
No se ha de apartar el olvido
de los ojos secos.
No molestan lágrimas ni recuerdo.
Nada parece incordiar 
la memoria del callado.

©Concha González.
Imagen propia©




3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. En tu poesía siempre hay un intento de horadar, de rebañar lo más recóndito, y este texto es un ejemplo. A mi juicio mejor cuando expones, reflejas, indagas (párrafos primero, y sobre todo, el tercero, excelente a mi entender) que cuando te adentras en la poesía discursiva (el segundo). Pero en todos ellos, fluye algo que arrastra, que sacude.
    Abrazos, compañera.

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    1. Gracias Amando por tu comentario que aprecio y valoro sinceramente. Quizás sea un poco caótica escribiendo, fiel reflejo de mi misma y mi interior (externamente de caótica no tengo nada). Lo observo cuando leo algo que he escrito después de tiempo. Un gran abrazo Amando.

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