sábado, 25 de agosto de 2012

ESPERARÉ




ESPERARÉ

Te esperaré
con estos clavos ya oxidados
hendidos en mis ojos;
apuntalando lágrimas huidizas,
sosteniendo mil caminos indecisos, 
aferrando cientos de sueños 
que desperdigados aún yacen
por nuestros áridos campos sedientos 
y ávidos de fértiles riegos, 
aunque tan solo sea 
de aquellos falsos riegos. 
De aquellos...  
que al empapar suelos 
abúlicos y sin sentimientos 
provoquen con sus falaces aguas 
frutos amargos, sin alimento,
sin aparente señal
de futuras semillas latiendo.

Vuelven los herederos
de aquellos tiempos irredentos
a repartir su herencia de vacíos.
Vuelve el silencio a ocultarse 
tras su máscara veneciana.
Vuelven las histriónicas sonrisas a morir
allí atrapadas.

Pero yo te esperaré, sola,
guarecida en este rincón teñido
de gris esperanza,
flanqueada por mí misma,
perseguida por las añoranzas.

Y mientras la distancia me alcanza,
todavía consigo escuchar, 
a pesar de las disonancias,
la monodia de una  abúlica voz
que aún me nombra...
que aún te nombra.

Te esperaré, sí.
Aunque el baile toque a su fin
en nuestra plaza y tú, ya no seas tú
sino un poro en mi piel dañada.
Aunque las hogueras ya no ardan
y los fuegos se extingan 
entre  las nostalgias calladas...
...te esperaré.

© Concha González





2 comentarios:

  1. Delicado poema, sutil y vaporoso. Deliciosa creación, Concha.

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  2. Gracias por tu comentario. Palabras como las tuyas hacen que el tiempo que dedico a este mundo de las letras y la reflexión valga la pena. Un abrazo.

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