ESPERARÉ
Te esperaré
con estos clavos ya oxidados
hendidos en mis ojos;
apuntalando lágrimas huidizas,
sosteniendo mil caminos indecisos,
aferrando cientos de sueños
aferrando cientos de sueños
que desperdigados aún yacen
por nuestros áridos campos sedientos
y ávidos de fértiles riegos,
y ávidos de fértiles riegos,
aunque tan solo sea
de aquellos falsos riegos.
De aquellos...
que al empapar suelos
abúlicos y sin sentimientos
provoquen con sus falaces aguas
de aquellos falsos riegos.
De aquellos...
que al empapar suelos
abúlicos y sin sentimientos
provoquen con sus falaces aguas
frutos amargos, sin alimento,
sin aparente señal
de futuras semillas latiendo.
sin aparente señal
de futuras semillas latiendo.
Vuelven los herederos
de aquellos tiempos irredentos
a repartir su herencia de vacíos.
Vuelve el silencio a ocultarse
tras su máscara veneciana.
Vuelven las histriónicas sonrisas a morir
allí atrapadas.
Pero yo te esperaré, sola,
guarecida en este rincón teñido
de gris esperanza,
flanqueada por mí misma,
perseguida por las añoranzas.
Y mientras la distancia me alcanza,
todavía consigo escuchar,
a pesar de las disonancias,
a pesar de las disonancias,
la monodia de una abúlica voz
que aún me nombra...
que aún te nombra.
que aún te nombra.
Te esperaré, sí.
Aunque el baile toque a su fin
en nuestra plaza y tú, ya no seas tú
sino un poro en mi piel dañada.
Aunque las hogueras ya no ardan
y los fuegos se extingan
entre las nostalgias calladas...
...te esperaré.
© Concha González
Delicado poema, sutil y vaporoso. Deliciosa creación, Concha.
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Palabras como las tuyas hacen que el tiempo que dedico a este mundo de las letras y la reflexión valga la pena. Un abrazo.
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