LA ESPERA
Esperando
sin remedio
remeces tu altivo ego,
padeciendo (como de pasada)
por males menores
de menores y errantes hechos.
Entre todo ello,
sufres
por lo que ya no tienes,
por lo que tuviste,
por lo que no tendrás.
Sufres
porque es tu condición de vida,
esbozos de muerte prematura,
ignota complacencia,
amor desenfrenado
a la tristeza más triste,
obsolescencia de procaces logros
mártires locos.
Sufres con desganas
y a destiempo.
La desgana la atesoras
para la pasión y el sentimiento;
el tiempo
para otro día quizás.
Otro día...
y otro sueño.
© Concha González.
No hay comentarios:
Publicar un comentario