lunes, 14 de mayo de 2012


EL NUEVO DÍA

Un tenue rayo de luz
irrumpe en el silencio de la noche privada,
principio ajeno a fútiles miradas,
miradas dispersas que nunca descansan.
Irrumpe sinuosamente
como arrabal arrumbado,
bifurcando las alturas
con indolente descaro.

Atraviesa la siniestra opacidad
de los camaleónicos cielos,
surcados 
a veces de miedos 
coloreados de un índigo intenso,
a veces de lluvias 
que manan de los pensamientos
y otras,
de potentes fuegos
fruto de pasionales besos.

Un tenue rayo de luz
descubre un nuevo amanecer,
y tras él
descubre a la vida
engullendo la vida, 
día tras día,
ávida de un canibalismo etéreo,
ilógico, 
certero.

Eternamente  presente,
eternamente ausente.
© Concha González

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