sábado, 1 de noviembre de 2014




La Raíz

... a veces siento
que  olvidé escribir
el verso cálido

que la vuelta de la esquina
se enderezó a propósito

que a mi alma ya no le cabe el sonido
de mis dedos locos...

Siento, a veces, el incompleto deambular
de alguna frase tímida e inconsciente
preludio del desgarro de sí misma
ante la vida.

Y siento, también,
el paso de los años tras los cuerpos que formaron
mi genética...
como si fueran mis propios años
como si fueran míos
míos

cómo los siento...

y su  raíz
asiéndose y desasiéndose
(en un siniestro juego de eterno aprendizaje)
al tiempo

y mi raíz
(cada día)
un poco menos soterrada al mundo
(cada día)
jugando, callada e inexplicablemente
al  mismo  inexplicable  
callado
y
 siniestro 
juego

©Concha González.

4 comentarios:

  1. Ay, Concha, cuando viajas hacia dentro, buscando la raíz, tu poesía me llega más, me deja un poso más auténtico. Francamente logrado, el poema.
    Abrazos, siempre

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    1. Pues cuando yo lo leo, me siento un poco desnuda; fíjate si la raíz es honda...
      Un gran abrazo estimado Amando.

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  2. No dudes por un momento que los años son, efectivamente, tuyos. Cada uno tenemos los nuestros. Las raíces nunca se pueden arrancar por completo.

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    1. Eso me temo querido Fernando, eso me temo...
      Gracias por tu visita.
      Besos.

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