domingo, 20 de octubre de 2019






Al afilado filo del silencio.

Se me prenden versos en los labios.
Deshago la mañana en un ir y venir
de desalientos. Retazo de una vida
entre memorias que reescriben el poema
al afilado filo del silencio.
Desperezo mi semblante
a través del frío de la noche.
Me mantiene alerta y aleja 
el súbito temor a adormecerme; 
no es momento de perdernos
entre los ennegrecidos sueños que, 
aun invisibles,
lucen ausencias vivas en el claro de sus cielos,
se engarzan a la voz y a la palabra
para regresar los pasos de otros tiempos.
Por ello, se me prenden versos en los labios,
como prende el rocío la verde hierba
cuando calma la sed del recuerdo
con su acaudalado fluir de gotas en perla.


(C) Concha González.
Imagen propia.


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