domingo, 14 de octubre de 2018






LOS ENCUENTROS

He dejado de esperar rincones cautos.
Es esa pasión por la tristeza la que me lleva a prescindir
del azul de las rosas injertadas.
Tú no tienes que pedirlo. La voluntad se desprende
de sí misma, a cada instante, y,  bombea hacia adentro,
como un corazón humano anunciando su inquietud.
A veces, el lloro de un niño reclamando  sus cuidados,
o un torso desnudo mostrando su fuerza de carne
reflejan más ausencias que mi pena.
No se equivoca la luz que se sucede cada día.
Esos instantes distraídos se ocupan de hacer de mí una mujer.
Pero en la noche,  los gestos pervierten  su torva de imposibles
en un muro infranqueable  y es allí, en su oscuridad  impuesta,
donde me venzo, donde me rompo, donde te encuentro.
(C) Concha González
Imagen propia.








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