sábado, 14 de diciembre de 2013

... un único sueño



(...  un único sueño)

No podríamos vivir
bajo el yugo de la inercia.

No palpitaría
el corazón

se distraería 
la esperanza

cegarían los ojos
sus pupilas

y, morirían
las mañanas.

De esa forma
se sucedería
el tedio
la apatía
la desilusión.

Entonces la cabeza
(siempre cabizbaja)
se impondría al cuerpo
y le obligaría a caminar
siempre por el mismo
trayecto.

Entonces
el recuerdo
sería olvido
y el olvido
su denostado eco.

No podríamos vivir
bajo el yugo de la inercia.

Somos libres perecederos
hacedores del tiempo
somos inventores 
de un único sueño

un único y solitario sueño:

el nuestro.

©Concha González.
Imagen propia©

2 comentarios:

  1. Anda que no... Algunos llevamos más de media vida bajo ese yugo, y ya lo sentimos incluso confortable. Yo tengo varios, a rayas, de colores, mi mujer se empeña en llamarlos corbatas, pero qué sabrá ella.
    Abrazos, siempre

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    Respuestas
    1. Ojalá que todos los yugos fuesen los atados de corbatas al cuello, querido Amando, ojalá. De todos modos, los tacones también fastidian lo suyo, que lo sepas. Gracias por tu lectura. Abrazos.

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