Hay estados
que se inmolan en mi alma
con inicuas consecuencias:
un día de playa
sin su sol atemperante
un camino cuyas piedras
martiricen mis paseos cotidianos.
una decisión equivocada
equivocada.
equivocada.
Hay estados
que pellizcan mi piel
lastimándola en secreto.
Su marca invisible señala
lo más obvio de lo ignorado
en los ruegos del silencio.
Estados que caen
hacia abismos
de lloros proscritos
estados que en su mutismo
luchan y luchan
por aferrarse a un decoro
(sosteniéndose en su filo)
en decoroso equilibrio.
Hay estados libres, salvajes
sin preguntas, sin respuestas
obnubilantes.
Otros
limpios de polvo y paja
recatados, ordenados
reconfortados en su urbanidad hastiada.
Otros
limpios de polvo y paja
recatados, ordenados
reconfortados en su urbanidad hastiada.
Los reos de su tiempo
inquisidores de ensueños
cazadores de desquicios,
depredadores de lamentos...
transforman en anárquicos
aquellos causados
en los más absolutos
de los desasosiegos.
de los desasosiegos.
©Concha González.
Los estados del cuerpo son los estados de los sentimientos del alma. Enhorabuena.
ResponderEliminarComparto la profundidad de tus palabras. Muchas gracias por tu comentario y por leerme. Un saludo.
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