sábado, 9 de junio de 2012


LA ESCUCHA

Me nombraste
en la conciencia
y, los vientos cómplices
arrastraron las palabras mudas
hacia mis ansiosos labios,
expectantes de locas locuras.

Las pude escuchar
traspasando muros 
de soledad,
de miradas caídas hacia cansados suelos,
traicionando pensados pensamientos
que habitaban tan solo
en esos sueños nuestros, 
tan solo nuestros.

Las pude escuchar,
menesterosas de mis atenciones desatendidas,
penetrando zainas
en el erial de mis emociones dormidas.

Las pude escuchar
traspasar mi sordera selectiva
y nombrarme en la conciencia dormida,
mientras
los vientos cómplices de mis sueños
las arrastraban hacia mis labios...
para hacerlos pronunciar tu nombre
casi obligados,
en el silencio inerme
en el silencio ausente.

© Concha González.



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