lunes, 23 de abril de 2012

LA ESTACIÓN

Siempre te esperé.
Te he esperado
en esta abarrotada estación de adioses mixtos.
Mantengo posición de paciencia empuntillada,
orlada hasta semejar
el paradigma de la añoranza.
Tras los mumurios de la lontananza
que se avistan con la esperanza
se esconden los míos propios,
ajenos a las palabras,
obviando su poder,
descansando en torres de Babel.
Ya tan solo me queda el recuerdo.
Alcancé a escucharlo entre los silencios,
atravesó los railes revirtiendo su sentido
para descarrilar el tren que portaba el olvido.
El reloj que aún da las horas,
nos robó las nuestras
en un orgulloso descuido.
Ladrón impertinente,
¿Por qué nadie lo detiene?
¿Quién es culpable de robar lo que no te pertenece?
Por su osadía
perdimos el tren de procedencia ilusa,
parada soñadora
y destino incierto.
Concha González Fernández©

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