viernes, 2 de agosto de 2013

algún minuto de gloria






ALGÚN MINUTO DE GLORIA

Esto que venimos a llamar 
felicidad es, en realidad
un único objetivo pluralizado
una única puerta
de indolente aldaba
un desorden apilado 
sobre momentos de piel y alma...

que esta cotidianidad diaria
se empeña en compartir.

Rebuscando en la memoria
de los instantes propios
alcanzo a discernir
que es así 
como se rinden los pensamientos
en esta desventura
de sinónimos inagotables
que es así 
como los sucedáneos desaboridos
a menudo consiguen 
engañar al hambre.

No parece ser
tan solo una palabra, una connotación
o quizás,  nueve letras 
que envejecen unidas esperando
algún minuto de gloria

porque, esto que venimos a llamar
felicidad
semeja la manera más canalla
de yacer sin amor y en silencio 
con el tiempo, y de fingir
entre besos ciegos
profilácticos caducados
y rutinarios  abrazos.

©Concha González.
Imagen de la red

5 comentarios:

  1. Me gustó mucho tu poema, el final es contundente, me sentí identificado.
    Con tu permiso, me anoto como seguidor.
    Un abrazo.
    HD

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  2. Gracias Humberto Dib. Un placer tenerte como seguidor. Saludos.

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  3. Jo Concha, cómo te las gastas! Estas son tus reflexiones de vacación?. Pues, estás mejor trabajando! La felicidad no se explica, se siente. Si hay que andar fingiendo es que no es, que será otra cosa. O nada. Vamos, que hay que tener clara nuestra responsabilidad en buscar ese estar maravilloso, en disfrutarlo y compartirlo. Porque, al contrario que los gatos, solo disponemos de una vida.

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  4. Ahhhh! efímera felicidad. Claro que se siente Fernando, se siente de vez en cuando, a veces después de sentirla se entiende, no antes. Y de que estoy mejor trabajando ni hablar! hasta ahí podíamos llegar. En cuanto a responsabilidad... que palabra más tediosa y cansina, aunque necesaria.

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