SU AMOR ETERNO
Su amor eterno
permaneció con ellos
durante tres o cuatro años.
Después continuó llamándose amor.
Amor impermanente
amor lejano en intenciones.
amor perpetuo en condiciones.
Siguió siendo
colaborador discreto
de su alcoba desperfilada.
Utilizó su nombre
para explicar ausencias
aliviar rutinas
desmaliciar sospechas.
De vez en cuando
trata de hacerles
alguna infructuosa visita
de esas recuperadoras
porque
no es caso
invocar al olvido a la ligera.
No es caso alegar
premeditación y alevosía
cuando
al fin y al cabo
nadie le llama
a sabiendas.
©Concha González
Imagen de la red.
Cuando ese colaborador discreto se instala en su espacio, es como un okupa, lo invade todo. Eso sí, pasamos junto a él como si no lo conociéramos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Por eso es discreto. Si no lo fuera, supongo que nos daríamos cuenta. Un abrazo.
ResponderEliminarPero si es que la confianza no es buena pá ná! O sí? Porque también es cierto que a veces somos demasiado comodones. Cuando uno espera una carta con ilusión, se asoma a ver si ya ve aparecer al cartero. Pues pienso que no hemos de dejar de asomarnos a ver a la eterna visita que, eso si, a veces llega por la dirección contraria de la que esperábamos.
ResponderEliminarSin duda Fernando. Conservo la palabra comodones, si me lo permites. Comodones. Un abrazo.
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